EL TIEMPO EN JAEN

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL APARATO SIEMPRE GANA

¿Quién le para los pies al aparato? Hasta el momento nadie o casi nadie. Ir contra ese grupo de personas que toman decisiones y dirigen los partidos es tan duro y tan difícil como que el sol salga de noche.

Digo esto al hilo de la situación que el PSOE en la capital vive en estos momentos. Una situación de crisis que no debería tardar en encontrar solución. Al menos eso es lo que se piensa de puertas para adentro donde las peticiones de no hacer movimientos han caído en saco roto.

Las ejecutivas provincial y federal se encuentran ante una difícil tesitura. Deben resolver una situación que se ha convertido en un pulso. En  un “¡A ver quién puede más!”. Más aún después que la secretaria general del PSOE en la capital, Carmen Peñalver, no diera su brazo a torcer y siguiera adelante con la asamblea convocada tras la dimisión de más de la mitad de los miembros de su ejecutiva. Peñalver desoyó la resolución de la federal donde le instaba a la suspensión de la cita al no estar capacitados para ello. Una advertencia a la que se hizo oídos sordos. Tan sordos,  como sonoros fueron los pitos que le brindaron a la secretaria de organización de la ejecutiva provincial que desplazada al lugar reiteró en la ilegalidad de la convocatoria.

Ahora la pelota está en el tejado de la dirección del partido. Las potencias de unos y de otros ya se han puesto sobre la mesa y el partido será intenso aunque en caso de igualdad…

Los convocantes de la asamblea saben  que desoír las resoluciones del “aparato” tiene sus consecuencias, las que ya se reclaman desde el sector de los dimitidos. Ellos lo saben y no son ajenos a la situación creada. Unas consecuencias de las que ejemplos, precisamente en la agrupación socialista de la capital, no faltan. Enfrentarse al aparato, en la mayoría de los casos, resulta fatal, son pocos los que sobreviven políticamente. Y quienes lo logran, no lo hacen desde la primera línea.

Por muchas trabas que se pongan, por muchos recursos que se planteen, por muchas reuniones que se celebren nunca se sale airoso. El aparato siempre gana. Y en el caso de la existencia de una negociación, en ese caso, el aparato también resultará victorioso.

martes, 6 de septiembre de 2011

PERDONE QUE DIMITA

Hay que ver. El verano ya no es lo que era. Atrás quedan los años en que el verano era la tranquilidad total y absoluta. No se movía ni una hoja de los árboles. Ahora como que no. Uno se va de vacaciones y cuando regresa todo ha cambiado. A las pruebas me remito. Los Ministros dejan sus vacaciones para celebrar un Consejo Extraordinario, los diputados van al Congreso…
Miren si han cambiado las cosas, que hasta mi amigo el Tertuliano ha dedicado el descanso a meditar y reflexionar y ha decidido tras una profunda deliberación y no pocas luchas internas, que abandona. Que ya no puede más, está exhausto y cansado de caminar contra corriente. Mi amigo llega de vacaciones, entra en casa, y sin apenas deshacer la maleta, comunica que deja la ejecutiva de su partido. Ese partido que le ha visto crecer y a la que ha dedicado gran parte de su tiempo quitándoselo a otras aficiones y a la familia. Presenta la dimisión y se va. Lo hace de forma irrevocable. Pero no lo hace sólo, le siguen un puñado de dirigentes que aseguran que hay que dar un cambio de rumbo en la forma de hacer las cosas.
La decisión corre como un reguero de pólvora. No es para menos en un país en el que todo el mundo conjuga el verbo dimitir, pero pocos son quienes lo practican. En este caso la decisión deja a la ejecutiva socialista en la ciudad de Jaén poco menos que en cuadro. Tanto que estatutariamente no tiene validez al salir de la misma más de la mitad de sus miembros. La situación es tan delicada que los dimisionarios no obtienen el visto bueno de la dirección regional, que voz en grito afirma no ser el momento para crear debates internos ante la inminencia de las elecciones. Una posición que cuanto menos parece absurda. ¿Hasta qué punto se puede obligar a alguien a estar en el sitio que no quiere estar?
Cuando nombran a una persona para un cargo o para ir en una lista concreta debe ser con el beneplácito del interesado. Si éste dice que ya no sigue ¿por qué no puede hacerlo?
En política todo es posible y lo que ahora es blanco, dentro de un rato es negro, o gris. Incluso, a lo mejor hay que pedir permiso para renunciar. No si al ritmo que se suceden los acontecimientos habrá que decir aquello de:
"Perdone que dimita".