EL TIEMPO EN JAEN

viernes, 9 de marzo de 2012

SOPA DE LETRAS

Menudo cacao tenemos. La situación está cada vez más complicada. A medida que pasan los días parece difícil que la “cosa” pueda ir a peor, pero de forma inexorable, se cumple la Ley de Murphy. En menudo laberinto estamos metidos, o dicho de mejor manera, en menudo lío nos han metido.

Superado el caos de la prima del riesgo que parece que se estabiliza, el IBEX 35 no acaba de tirar y mientras el Euribor no sube, al menos de momento. Pero a nosotros, a los ciudadanos de a pie, nos suben el recibo de la luz, el del agua, el combustible, el transporte,  el IVA, y por si fuera poco, el IRPF. Con el sueldo ya no llegas para hacer frente a la letra del piso. Quieres pedir explicaciones. Y  allá que vas, muy dispuesto, directamente a la ventanilla bancaria en la que antes había una cola de tres pares de narices y ahora si quieres ver al director, no precisas de la cita previa. Después de muchas explicaciones, no sirve de nada. Al final el banco siempre tiene razón. Te marchas por el mismo camino que llegaste, con las mismas dudas de siempre. Sales de allí “jurando en arameo”, confiando en que lo de las buenas prácticas no se quede en una mera declaración de intenciones, y la dación pueda saldar la deuda.

Las letras como los problemas crecen. Ya no caben en mi cabeza. Mi cerebro es una pura integral. Las matemáticas, las domésticas tampoco cuadran. Menos ingresos y cada vez más gastos. En la cola del “súper” oía como una mujer comentaba que no es que gaste en más cosas, sino que consumiendo lo mismo, el sueldo se le escapa de las manos. Entre tanta letra suelta, es difícil encontrar la solución a una sopa que tomamos, no ya con cuchara sino con cucharón, aún a riesgo de atragantarnos.

Lo malo es que nadie tiene la barita mágica. Los meses corren y las letras se agolpan. Llegan una tras otra, el gas, la luz, el teléfono… Tantas, tantas letras que le daríamos varias vueltas al alfabeto a no ser que por el camino soltemos el lastre de aquellas que nos son prescindibles. Pero ¿qué es prescindible? ¿La luz, el agua, el gas, el teléfono...? En el siglo XXI resultaría complicado subsistir, por no decir imposible.
Lo comentaron el otro día en el “súper” esta sopa de letras es indigesta o está trucada. Por el momento no tiene solución. En fin, la vida misma.



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