EL TIEMPO EN JAEN

martes, 3 de julio de 2012

PRIMOS SIN RIESGO

Mi padre era un hombre callado. Hablaba poco, pero cuando lo hacía, sentaba cátedra que decían los antiguos. Siempre me dijo: “tu, ni de los de delante, ni los de atrás; tú de los de en medio”. Cuánta razón tenía. A medida que pasa el tiempo observamos cómo aquello del mérito y la capacidad ha pasado a mejor vida. Sobre todo en la vida pública donde lamentablemente no están ni los mejor preparados ni los más capacitados.

Esta crisis no sólo está dejando al descubierto nuestra economía. También deja al aire las enormes carencias de nuestros políticos para dar respuesta a una situación de gravedad extrema. ¡Que llega una crisis! La ignoramos. ¡Que viene un rescate! Nosotros… a lo nuestro, negamos la mayor. El caso es mirar para otro lado, como si con nosotros no fuera la cosa. ¿Para qué ponernos de acuerdo? ¿Por qué nadie dice las cosas como son?

La política se ha convertido en el arte de no llamar a las cosas por su nombre. Los eufemismos están a la orden del día. Llaman préstamo a un rescate. Aseguran que el dinero para la banca, lo pagará la banca. Tan así está la cosa, que hay quien ya me ha dicho que si eso se produjera, sería la primera vez que la banca no saliera ganando. Anda que no le va a salir barata a la banca la campaña publicitaria que se le está haciendo. Lo del crédito a los bancos va de boca en boca, como uno va de ventanilla en ventanilla, intentando hacer efectivo el talón de turno.

Nuestros dirigentes parece que no dan una respuesta clara y contundente a la situación actual o al menos si lo hacen, no saben comunicarlo para que el resto de los mortales lo comprendamos y lo creamos a pies juntillas. Nos piden poco menos que un dogma de fe.  

Nos asaltan dudas, dudas más que  razonables. Tantas como las que ha debido tener el ya ex presidente del PP andaluz, Javier Arenas, quien al final hizo bueno lo pronunciado en la noche electoral de la amarga victoria “hasta aquí hemos llegado”. ¿Es un adiós, o un hasta luego? Sólo el tiempo lo dirá, aunque en política nada es definitivo. No es la primera vez que una desaparición se convierte en un rescate en toda regla para misiones de mayor calado. Sobre todo si tienes un primo o un hermano que te promocione y te aúpe nuevamente a la primera línea. Los que somos hijos únicos, lo tenemos más difícil, salvo que seamos rápidos como las centellas.

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