EL TIEMPO EN JAEN

miércoles, 5 de octubre de 2011

MERECE LA PENA

El otro día subí a Madrid y el viaje no fue como hasta ese día. Iba con mi prima, sí la que es muy lista, quien me contaba mil y una historias. El viaje transcurría dentro de la normalidad habitual en una carretera cuyo asfalto necesita un repaso no de una, sino de varias capas. Con la conversación no nos dimos cuenta que estábamos a punto de pasar a la historia. Íbamos a cruzar Despeñaperros por donde siempre y unas vallas nos desviaban de nuestro camino para introducirnos en una calzada de tres carriles con el asfalto flamante y todavía con el olor a pintura de las marcas viales. Atravesamos varios viaductos y túneles para, sin apenas darnos cuenta, entrar en Castilla La Mancha. Fue horas después que el Ministro de Fomento y el séquito de autoridades inauguraran el nuevo trazado. Y lo hicimos en tan sólo siete minutos, y sin superar el límite de velocidad establecido. No fuimos los primeros, pero sí estábamos entre ellos.

Mi prima que es muy lista y tiene mucha memoria me recordaba que ya vivimos otro hecho similar cuando se inauguró la A-44 en su tramo Bailén-Jaén. Ya ha llovido desde entonces. Mi prima incluso, que tiene una memoria que para mí la quisiera, me recordaba que fue Borrell  el encargado de realizar el recorrido inaugural acompañado por Manuel Chaves, que ya era entonces Presidente de la Junta de Andalucía.

Estas obras sí merecen la pena. Son de esas cosas que el ciudadano agradece porque se ve dónde se invierte el dinero de nuestras contribuciones al fisco y permiten acortar distancias, publicidad del Ministerio de Fomento, al margen.

Ahora, lo que ya  se entiende menos es que las obras se dejen a medio hacer y no vale recurrir a la crisis como excusa. Se pudo hacer en tiempo de bonanza económica y el proyecto se perdió en el fondo del cajón de una mesa de algún departamento del Ministerio o Consejería “competente” en la materia y como el proyecto carecía de GPS y del chip correspondiente… Pues eso. Hasta hoy.

La autovía del olivar ahí está parada en numerosos tramos, del tren de alta velocidad o velocidad alta, ahí sigue.

En la mayoría de los casos hacer las cosas en su momento, no es inoportuno. Merece la pena hacer las cosas a tiempo, antes que el tiempo las haga caer en el cajón del olvido.

Otro día les hablaré del trayecto inverso.

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