EL TIEMPO EN JAEN

martes, 26 de febrero de 2013

¡TODOS POR IGUAL!

 Como si de un buen capataz de trono se tratase. Así se ha comportado el PSOE en esta semana al hilo de la publicación de las  declaraciones de la renta y patrimonio de nuestros representantes. Venían pidiendo por activa y por pasiva hacer públicas las cuentas y ahora que les toca a ellos, pues eso… Que ahora, ¡todos por igual! Que todos a la vez. ¡Que ellos solos! Pues como que da un poco de reparo poner las cuentas al desnudo. Que si es necesario un formulario homologado, que si hay que cambiar la ley… El caso es que esta vez tampoco va a ser, que para eso ya está el Tribunal de Cuentas que audita las ídem, aunque  los resultados se conozcan cuatro años más tarde.

Es como si no tuvieran claro que su dinero, el de los partidos, es más que nada el dinero del contribuyente. Un resignado ciudadano que apoquina religiosamente su aportación al fisco. No es extraño que cada día crezca el número de personas que reniegan de la política. La distancia entre la calle y los dirigentes crece en progresión geométrica hasta el punto que puede ser insalvable.

No es de extrañar que cuando alguno de nuestros dirigentes saca los pies del plato y rompe con la disciplina interna se convierta en una “rara avis” en esto de la política. Estamos tan poco acostumbrados a la autocrítica que cuando sale algún “disidente” lo vemos como un fenómeno susceptible de ser estudiado por el mismísimo Iker Jiménez. Aquí podemos situar al alcalde de Linares que cansado de bregar con la administración andaluza y viendo la que se avecina en la ciudad, si no se pone remedio, ha decidido poner pie en pared. No sé si con más o menos pasión, aunque para muchos sea desmesurada, pero lo que está claro es que hace lo que le piden  sus ciudadanos. Busca soluciones a los problemas. No sé si será Juan Fernández  el Robinson Crusoe, ahora lo que es fundamento… le sobra, como a las comidas de Argiñano.

El Alcalde de Linares ha entendido que hay que estar del lado de la calle cuando hay que estar y que de poco o nada vale querer echarse a la calle para sacar de un letargo de más de 30 años el espíritu del 28-F. Recuperar el tiempo perdido es imposible, por mucho que ahora vayan… ¡Todos por igual!

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